Las palabras comenzaron a temblar sobre el papel hasta comenzar a hormiguear como insectos voladores. Lo que sucedió después fue un espectáculo digno de verse. Las palabras salieron volando como un millar de insectos y tiñeron el cielo de un azul añil.
El guerrero Gam comenzó a mirar sorprendido al hechicero Mut que preparaba una poción mágica.
El hechicero al darse cuenta de lo ocurrido, sin antes mostrar sorpresa exclamo:
-Nadie jamás, de forma literal y a no ser qué en metáforas, hizo que las palabras cobrasen vida, y fueran esparcidas al mundo.
Lo que si hiciste fue borrar el capítulo 2 de mi tratado de magia. Tendré que reescribirlo.
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