martes, 13 de marzo de 2018

He pasado una noche en el andén de las despedidas.

He pasado una mañana en el andén de las despedidas,
Acerque en un verso Mar del Plata con Buenos Aires,
Con ella nos encontrábamos en tantas causas perdidas,
Como Julietas hicimos a los Romeo tantos desaires.

Escribí más de cien versos a la que no decía nada,
Recordé con ella y aprendí que no existe el olvido,
Una madrugada entre almohadas con cuentos de hadas,
En su alarido endulce todas las flechas de Cupido.

Era rara si, una luna de día, una oficina de noche,
Se que se moja, se que llora cada vez que llueve,
A las tres la apodé fantasía, a la seis melancolía,

Si hubieras visto su cara, su mueca de reproches,
Ya no sabía si era martes o ya empezaba el jueves,
Y hasta tanto me pedía, que a veces, la llamaba poesía.

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