UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
El guerrero Gam recordaría la primera vez que supo que podía controlar
el viento. Se encontraba en la pradera, una suave brisa le ondulaba su rizada
cabellera, que bien se sentía el aire en su cara, tan alegre se encontraba que
empezó a recitar un viejo poema, y el viento comenzó a agitarse aún más al
ritmo de cada verso, como encantado ante las palabras del guerrero, que ya
improvisaba su propio poema. Más tarde advirtió que las palabras ponían las
cosas en acción haciéndolas ir a venir de acá para allá, ponerlas en movimiento,
como hojas arremolinadas al viento. El pensamiento prosaico del maestro
guerrero Mat en mandobles, fintas y escotadas que hacia silbar al viento, y el
sentimiento poético del hechicero Mut avivado como las llamas de una hoguera,
espada y palabra del guerrero Gam.
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