UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.

Por: Gastón Matute | |

UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.

El guerrero Gam cautivaba con cada palabra, en sus hechizos. Con sus espada, en cada mandoble, finta y estocada, como le había enseñado el maestro guerrero Mat. Si no hablaba o usaba su espada, con un simple gesto de la mano, el dedo medio sobre el dedo corazón podía agitar los vientos, si separaba partiendo sus dedos, dos para un lado y dos al otro, desatar unos vientos arremolinados, si cerraba el puño con fuerza el viento podía ser devastador, como le había dicho el hechicero Mut. Le han prohibido usar la palabra, le han arrebatado su espada, pero verlo tan solo parado ahí, era suficiente para cautivarte.

-Siempre se vuelve a los lugares donde uno ha sido feliz, donde es bienvenido, donde se encuentra algún amor- dijo Gam al rey Sam-. Los lugares son las personas, lo que han pensado y sentido, y las personas son sus lugares, lo que han construido y creado.

Tute en cuentista recordaría una vez que contó una historia del guerrero Gam y la noche duró mil y un días, en el encanto de la gente.

El guerrero Gam tenía el pelo ensortijado, decían que el viento se enredaba en sus cabellos, jugaba con ellos. Con un hechizo cortaba el silencio en dos, en ese antes de la nada y luego del todo decir, la atmosfera se alteraba, las cosas cambiaban con cada palabra, cortaba el monótono silencio. Con la espada sucedía algo parecido, cortaba el viento en un zas, que surcaba el aire, y ese mismo aire ya no era el mismo, daba nos cuantos remolinos por el terreno hasta que se volvía a juntar ya sabiéndose dos en uno. Su cuerpo tenía las cicatrices que habían marcado sus historias más significativas, y las que no las llevaba guardadas en el corazón, como le aconsejó Mag la maga.

Contaban que pasaba como una fuerte ráfaga de viento, que se lo había visto venir como envuelto en remolinos y en un susurro, y yéndose entre vendavales.

Para persuadir y seducir un suave susurro en primavera, para revertir un viento arremolinado, y para abatir un vendaval.
Tras mitos y leyendas así es el guerrero Gam.