UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
Gam el guerrero bajo
la ladera dejando a Tute a su espera, en su encuentro salió del castillo el
general en jefe de la guardia real con sus guardias. Cinco guardas más el jefe
a la cabeza, podría con ellos. Apostados sobre las almenas divisó cuatro
arqueros, si podría producir el viento necesario y suficiente, las flechas
torcerían su rumbo sin acertar en el objetivo.
Tute miraba desde la
colina como intercambiaban miradas y el jefe sin mediar palabras hizo una señal
con la mano hacia arriba extendiendo el índice, en círculos sobre su cabeza. Para
el pasmo de Tute empezaron a salir tropas de los dos costados boscosos que
flanqueaban el castillo. Tute se horrorizó. Gam podría detener algunas espadas
con un hechizo, a tantas otras con su espada, pero las tropas que se agolparon alrededor
del brujo eran numerosas y cientas.
Gam puso su mano
sobre la empuñadura de su espada, decidido a todo, o vaya a saber uno que.
En ese preciso
momento el jefe, en guardia levanto la mano en un puño bien cerrado y lo hizo
gira en círculos. Diciendo algo que Tute no pudo descifrar a la distancia. Las
tropas se abrieron, dando paso para que Gam se retirara.
Gam el guerrero hizo
una señal de saludo entre camaradas, y volvió hacia la colina donde Tute
esperaba con sus dos yeguas.
-Montemos y salgamos
de aquí, al galope- dijo Gam.
-¿Pero qué ha
pasado?- dijo Tute atónito ante lo que acababa de ocurrir.
-Ese de ahí era el
jefe de la guardia real, me contó que de chico escuchaba mis historias, y que
no podía matar a una leyenda, al guerrero Gam.
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