UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
Gam
se encontraba inmovilizado, su cuerpo entumecido, sin poder mover un solo músculo
ni alcanzar su espada. Su lengua congelada, incapaz de proferir un solo
hechizo.
Gam
recordó lo que le había enseñado, en sus comienzos, el hechicero Mut:- Si te
enfrentás a un hechicero hábil con la palabra, o te estás dando cuenta que te están
embelesando, neutralizalo, hay hechizos para petrificar su lengua, adormecérsela
antes de que diga algo. Y era justamente eso lo que estaban haciendo con él.
Pero
el temido hechicero Dar se olvidó de algo, Gam no estaba adormecido, podía
sentir. Y ese sentir se acompasó con el sentir del viento, que en un segundo empezó
a tornarse arremolinado y furioso, derribando al malvado hechicero, y sacándose
de su hechizo alcanzó su espada, pero, -no-, se dijo Gam, esto es un duelo de
palabras.
-Ya
verás guerrero Gam- empezó a decir el hechicero Dar intentando gesticular un
hechizo acompañado de una suerte de ademan- pero estas fueron sus últimas palabras
porque Gam lo levantó por los aires, con la señas de su mano, y diciendo algo
ininteligible por el viento, dió el hechicero una vuelta y un fuerte golpe contra
la pared, quedando inconsciente.
-No
te demorés en pronunciar palabras vanas- dijo retirándose el guerrero Gam.
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