UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
Gam
el guerrero miró a Mag la maga desde el umbral de la puerta y ya no pudo ver
sus ojos de tristeza, miraban hacia abajo. Lo que sí pudo ver fue el cielo que
se iba ennegreciendo más y más hasta tornarse del habitual azul añil y amigable,
en un negro impenetrable y enemigo.
Cuando
se producían esas clases de tormentas Gam podía despejarlas con la ayuda de los
vientos, pero supo al instante que en este caso era mejor dejar que lloviera.
Gam
no pudo dudarlo debía partir, cerró la puerta y hecho a andar. En ese mismo
momento una lluvia atroz comenzó a caer, esa lluvia duro 7 días, los siete días
que dijo Gam que tardaría en volver. Al volver y abrir la puerta la lluvia
cesó, los ojos de tristeza de la maga contrastaban con su sonrisa de belleza, sus
sollozos se fueron aclarando, despejando, despejada y encantada la mirada.
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