UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
-Gam, sin personajes
no hay historias, sin vos tus hazañas no existirían, y sin conflictos, no hay héroes,
princesas, villanos y reyes, sin tus andanzas las aventuras de Gam el guerrero
tampoco podrían contarse- comenzó a decir Tute el cuentista a Gam el guerrero
en una de sus disertaciones y acostumbrado a jugar con las palabras con esa
facilidad que lo caracterizaba para el arte de la retórica y la corrección de
la elocuencia.
Es decir puede haber
historias de guerreros y hechiceros, las hay a montones, pero como las de Gam
el guerrero muy pocas. Siempre he inventado parte de las historias, exagerado,
engrandecido al personaje, ensalzado sus hazañas, pero en las tuyas jamás tuve
que agregar nada, es más tuve que minimizar algunos aspectos para que sonara
creíble, y no trataran a tus historias de fábulas.
Y además, si nadie
contara tus historias ¿realmente existirías?- terminó por decir Tute dándose
importancia.
Jamás he visto a
nadie experimentar el amor de la manera que Mag la maga y vos lo hacen, a Mut el hechicero en un
dueto contigo proferir hechizos en un coro de vientos que asoló la ciudad Antina
de este a oeste, la vez que al unísono conjugaron sus hechizos un guerrero, un
hechicero y una maga, Gam, Mut, y Mag, para orquestar ese vaivén de los vientos
que dejaron arremolinada a la ciudad Tardía, fue épico.
A tu espada moverse
como un rayo, y cuando desarmaste a tu maestro aconsejarte que más no podía
enseñarte pero que procuraras de ahí en más controlar tus habilidades.
La cara de
fascinación, deberías verla, que veo en la concurrencia cuando cuento tus
historias y menciono al guerrero Gam.
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