UNA HISTORIA MEDIEVAL. PALABRAS Y ESPADAS.
-Conmigo
aprenderás el don de la palabra- comenzó a decirle el hechicero Mut al joven
guerrero Gam-. Con Mat el arte de la espada. Y como bien ya sabes no deberás
desenvainar hasta agotada la última palabra, o intentar ultrajar el silencioso
susurro del viento con el sonido ululante del acero.
-Lo
sé, a eso hace me mandó el maestro guerrero Mat- contestó Gam.
-Como
decía- prosiguió Mut no muy acostumbrado a que lo interrumpieran-. Aprenderás
el don de la palabra, con Mat el arte de la espada. Con hechizos podrás llamar
al viento, si conoces su nombre, y si no lo tiene podrás darle uno. Azuzar las
llamas, arreciar las tormentas, acelerar el curso de los ríos. También a
manejar los silencios, a que el rio lleve su curso acompasado, a mimetizarte
entre las sombras, a adoptar el semblante de los fantasmas.
-¿Llevar
máscaras?- quiso saber Gam.
-No,
vos no las necesitás, tu corazón es demasiado puro para llevar máscaras. Los
que llevan máscaras terminan convirtiéndose en ellas, y tu temperamento te
lleva a romperlas, tu semblante es más poderoso. Pero aprenderás a tratar con
los fantasmas, reyes, doncellas, entrarás y saldrás de sus bailes de disfraces.
Los salteadores de caminos. Con la palabra o con la espada.
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