Estaba el Rey de corazones en su palacio, que como podrán adivinar, era todo corazón y por eso era el Rey y por eso reinaba. En su palacio, como en todo gran palacio, había gente de la más variada, una real corte de los milagros, entre otras cosas. Estaban en el salón cuando una cortesana, que estaba trayendo unas copas se cayó. Lo más sensato hubiera sido que la ayuda real del Rey acudiera a levantarla, pero el Rey de corazones raudo y por instinto, se levanto y en un segundo llego al lado de la cortesana para levantarla, ante la mirada atónita de la concurrencia. Un consejero que al lado de la Reina estaba exclamo:
La primera gran equivocación de las leyes, es creer que todos somos iguales ante la ley. En cierta medida lo somos para algunas cosas, para otras no. No se trata de igual manera a un Rey que a un súbdito, deja que sus ayudantes la levanten.
-Si es verdad- pensó para sus adentros un súbdito que se encontraba mirando la escena. Si sos amigos de alguien tenes favores, sino no. Por algo existen los lugares VIP. O los MIP, Muy Importante Persona. ¿Descree lo que digo? La vida cotidiana te lo demuestra.
El Rey de corazones, miro al consejero, iba a reprimirlo por lo que había dicho, pero como es el Rey de corazones le dijo con dulzura:
-Es verdad lo que dices, pero antes que ser Rey soy persona, y no voy a dejar mis modales. De todas maneras mi fiel consejero, nadie olvidará quien es el Rey aquí y quien el súbdito.
Y yo que soy el Rey de Corazones, no me asustan los 4 de copa.
-Es cierto- dijo uno que por ahí estaba- No debemos olvidarnos quien es el Rey y quien el súbdito, pero habría que clamar por un mundo más igualitario.
La guardia del Rey lo miró como indagando y esperando ordenes sobre que hacer con el que ahí estaba, también miraban a los ayudantes del Rey y a los consejeros, el Rey hizo un ademan con la mano como que nada pasaba, luego hizo una seña a la orquesta para que siguiera tocando.
Un juglar y trovador que por ahí estaba escribió:
Yo que soy el Rey de Corazones,
y mis comodines las canciones,
Me hacen reír los cuatro de Copa,
Toma Princesa, que se enfría la sopa.
Salgo a divertirme,
con un séquito de bufones.
El Rey de corazones.
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