Soy un niño jugando en el lodo,
Una mujer apodada Soledad,
Un genio que con una botella,
lo sabia todo, mirando las estrellas.
Un muñeco de madera,
que aprendió de la primavera,
y que dice la verdad.
Un versero que escribió
de mi lo que se cuenta.
Tengo el teléfono de las musas,
Y el Rey en un imperio de rimas,
Con vos si te sacas la blusa,
Y con todos si me mima.
Unos mellizos claroscuros,
Y a las cosas que no entiendo,
pongo cara de tipo duro.
Tengo el teléfono de las musas.
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