Esa cara rara de loca, locamente enamorada,
Donde imaginas que sueñas en mis almohadas.
Esa mirada que me dás, fascinada y penetrante,
Cuando no dices nada, por detrás y por delante.
Esa voz que eleva a los Rapsodas al Parnaso,
Ese capricho de las niñas que no hacen caso.
Ese andar que tiene los que van por la acera,
Al calor de los inviernos y la encantada primavera.
Este ejercicio que ejerzo en versos con la rima,
Cuando vienes como la palabra y te arrimas,
A mi planeta matutino como quien se sube
A un cometa que lo alcance hasta una nube.
De que otra forma me llamas sino poeta,
A la hora de escribir pareados y cuartetas.
Ese capricho de las niñas que no hacen caso.
|
|
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario